¡Hola! te saludo como siempre.
Hoy
tenemos un tema que al igual que el amor es muy complicado de entender y mira que
lo digo por experiencia, pasaron muchos años antes de entenderlo e incluso
pague un precio muy alto por ello. ¡Vez, no eres el único!, no te preocupes, no
estás solo, estamos contigo para realizar la transformación de tu ser.
Lo primero que tienes que saber
es que la felicidad no se encuentra en ninguna parte ni con ninguna persona la
felicidad esta donde siempre ha estado; esto me recuerda al libro del
alpinista, recorre un largo viaje en busca de lo que siempre estuvo cerca de
él, que curiosos también nosotros recorremos largos caminos para llegar al
mismo lugar, otro ejemplo el pueblo de Israel que fue elegido por Dios, cuando
ellos estaban a 40 días de llegar a la tierra prometida tuvieron que recorrer
40 años el desierto por sus pecados de rebeldía y bueno para no hacértela tan
larga con unas simples palabras te diré donde se ha encontrado siempre la
felicidad, en ti mismo ¿Sorprendido verdad? sí yo también reaccione de la misma
manera. Tu felicidad no puedes ponerla en manos de cosas materiales o personas
por que tarde o temprano la usaran como.
“Que NO es la felicidad”
La felicidad no es un destino, no
es un estado de paz, no es un camino, no es un sueño es algo más simple. La felicidad es una actitud; Sí, tan simple
como eso. Es el modo como decides vivir los acontecimientos de tu vida, sé que hay
acontecimientos muy dolorosos como es la muerte de un familiar, la pérdida de
un empleo o de una pareja, pero hasta en eso momento tú tienes la capacidad
para decidir cómo quiere vivir ese acontecimiento, te pongo un ejemplo: cuando
uno de nosotros pierde un empleo, fracasa en un proyecto o nuestro matrimonio
concluye en divorcio podemos tomar una de dos actitudes, la de derrota y pensar
que todo perdió sentido en nuestra vida o la de optimista y pensar que todo
tiene un sentido y un propósito viendo el acontecimiento como una nueva
oportunidad.
Y así de simple es la elección de ser feliz o infeliz; vivir enojado,
frustrado o en victimización de ti mismo.